La muerte del maestro por un sicario bestial que se debe haber sentido muy importante cuando recibió la orden de reprimir, supera como símbolo todo lo más deleznable. No puede haber nada más simbólico de lo abyecto.
Ojalá inspire a nuestros artistas de formas e imágenes, sólo ellos pueden representar el más inmenso dolor humano. Las palabras no alcanzan.
Usted, Sobisch, asesinó al mejor maestro. El último proyecto de ese maestro fue llevar la escuela a los albañiles. Mientras los magnates viajan en autos cada vez más pesados que envenenan más y más el ambiente, Fuente Alba quería llevar la escuela a los albañiles. Sueños.
Sueños, sí, pero peligrosos. Mejor meterle un tiro en la nuca.
Extracto de una nota de Osvaldo Bayer.
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